Valorar los eventos y la elaboración del presupuesto que refleje de forma transparente la remuneración que obtenemos es uno de los retos pendientes de la industria de eventos porque hoy por hoy no existe un modelo para valorar un evento y los conceptos que deben ser facturables, tampoco existen unas prácticas comunes por parte de las agencias y profesionales de la organización de eventos.
Valorar los eventos es tarea difícil e históricamente llena de oscurantismo, lo que ha generado una gran desconfianza en los clientes porque son dados a pensar que se presenta un presupuesto con márgenes escondidos en diferentes partidas que hacen imposible conocer cuánto gana una agencia, y esta desconfianza es fruto a mi modo de ver, de la falta de conocimiento de lo que supone el trabajo de una agencia o un profesional cuando afronta un evento, de los costes que son imposibles declarar en el presupuesto porque el cliente no sabe valorarlo, como puede ser por ejemplo la creatividad, y evidentemente de las prácticas no transparentes.
Abordar un modelo de remuneración transparente es el debate eterno de la industria de eventos, estandarizarlo y consensuarlo entre las agencias de eventos me parece improbable, por no decir imposible, aunque desde luego sería un gran acierto y avance que fuera así. Pero de verdad ¿nos podemos creer que las agencias desnudarán su presupuesto haciendo público sus márgenes de beneficios? ¿Qué los clientes aprobarán presupuestos desglosados donde se evidencia dichos márgenes y estarán dispuestos a pagarlos? Soy escéptica al respecto porque el presupuesto de un evento es estratégico y clave a la hora de competir por una cuenta.
Valorar los eventos y la elaboración del presupuesto que refleje de forma transparente la remuneración que obtenemos es...