Lo mítines son eventos diseñados para comunicar y hacer visible la fuerza que tienen los partidos políticos y sus líderes. Pretenden también captar y consolidar votos, pero fundamentalmente son actos de poder y comunicación política cuyo diseño y planificación están pensados para la trascendencia mediática y su impacto viral a través de las redes sociales.
«El público que asiste a un mitin no es el protagonista,es el decorado, la comparsa vocera, sí, suena duro, pero es así, es una pieza más de la representación del poder y su función es llenar el aforo, corear consignas, aplaudir y dar ese calor humano que sin su presencia sería imposible conseguir».
Es una pena que los organizadores de mítines no traspasen ese objetivo mediático y creen atmósferas que permitan vivir la ideas. Lamentablemente y aunque parezca paradójico, el público que asiste a un mitin no es el protagonista, es el decorado, la comparsa vocera, sí, suena duro, pero es así, es una pieza más de la representación del poder y su función es llenar el aforo, corear consignas, aplaudir y dar ese calor humano que sin su presencia sería imposible conseguir. Si uno de los objetivos de los mítines es motivar y comprometer a la ciudadanía, por qué se diseñan al margen del público ¿por qué no se les hace sentir que son importantes, que sin ellos el evento es un fracaso?
Por ello me gustaría poder convencer a los comunicadores políticos, a esos consultores tan rifados en campañas electorales, que al igual que en otros eventos, piensen en cómo mejorarían estos actos sin se diseñaran para vivir una experiencia, y una vez más, la evidencia está clara, se necesitan verdaderos profesionales de la comunicación en vivo, del diseño, organización y producción que sin lugar a dudas, harían de los mítines algo más que un acto de propaganda política.
Os propongo un sencillo ejercicio, mirar la imágenes de los mítines cierre de campaña de las elecciones andaluzas de distintas fuerzas políticas, mismas poses con actores protagonistas, mismos colores, o combinación color marca más verde, letras corpóreas que están de moda, mismo tipo de ‘banderismos’, mismos gestos de triunfo, misma estandarización
Y para que no quede sólo en una reflexión generalista, me gustaría apuntar varias cuestiones que en mi opinión deben revisarse en los mítines:
Los espacios deben renovarse, hay que pensar en que los estadios, palacios de congresos, grandes salas son espacios estandarizados, no permiten visualizar la diferencia entre un partido y otro. Es necesario crear analogías, buscar espacios alternativos que muestren la identidad de esa formación, que empaticen con los nuevos públicos, y los conviertan en protagonistas.
Recuperar la calle y sus espacios cotidianos, o los contenedores culturales, las plazas donde se siguen articulando la vida de muchos barrios, las naves que recuerdan las vanguardias culturales o las calles por donde transita el hombre urbano. Y además creo que hay que cambiar la composición estática del espacio de un mitin, cambiar el concepto de escenario, estrado, trasera, público decorativo, por espacio dónde todos los actores se encuentran a un mismo nivel y, queridos consultores políticos, no os preocupéis que como buenos organizadores de eventos, colocaremos muy bien a los medios de comunicación para que sigan haciendo su trabajo, pero es necesario recuperar el mundo de las emociones, expresiones, el protagonismo del público, del ciudadano que confía en que esa formación es la mejor opción para dirigir un país, recuperar la fuerza humana que hace posible la magia de la comunicación en vivo.
La música, lenguaje universal, debe recuperar su protagonismo, es un vehículo magnífico para crear clima político. La estandarización de la sintonía sin letra que se puso de moda hace unos años en los mítines, está agotado, es necesario volver a los relatos, a las letras que motivan, que son el alma visible de una parte de las ideas, y también del corazón del guerrero luchador que quiere que sus siglas protagonicen una constante revolución.
Lo mismo sucede con las escenografías de los escenarios, es que son todas iguales, la mayoría muestran un agotamiento del que me quedo perpleja, sólo cambian los colores y los eslogan, pero el estilo está marcado por esos consultores políticos, los que los partidos creen gurús y que muchas veces sólo son mercenarios de la comunicación, que recomiendan lo mismo sin darse cuenta que cada partido tiene ideas, principios, estilos y almas, porque si negamos esto, la democracia no tendría ningún sentido. Menos estilismo renovado y más sensaciones.
Nuevos gestos, más naturalidad en los políticos protagonistas, que a veces parece que ensayan juntos, visten de forma similar (os recomiendo esta entrada en el blog de imagen, moda y otros pecados) y copian hasta los abrazos.
En definitiva nuevos formatos que se adapten a los nuevos tiempos, con mayor presencia de las tecnologías móviles, que permitan que el público sea protagonista, formatos que inspiren y nos inspiren donde podamos ser activistas de nuestras ideas y podamos sentir que somos importantes. #AsíSí
Contemos buenos relatos, y creemos, y eso significa aceptar el desafío de que hay mejores formas de comunicar que las estandarizadas por estos consultores de la comunicación que diseñan y cortan un patrón y hacen distintos trajes. #AsíNo
En el III Congreso Universitario de Comunicación y Eventos también hablaremos de los actos políticos y sus nuevos desafios, No olvides la cita que reunirá el 7, 8 y 9 de mayo, en Madrid, a los profesionales del protocolo y la producción y organización de eventos. #AllíEstaremos
Lo mítines son eventos diseñados para comunicar y hacer visible la fuerza que tienen los partidos políticos y sus líderes. Pretenden también captar y consolidar votos, pero fundamentalmente son actos de poder y comunicación política cuyo diseño y planificación están pensados para la trascendencia mediática y su impacto viral a través de las redes sociales.
«El público que asiste a un mitin no es el protagonista,es el decorado, la comparsa vocera, sí, suena duro, pero es así, es una pieza más de la representación del poder y su función es llenar el aforo, corear consignas, aplaudir y dar ese calor humano que sin su presencia sería imposible conseguir».
Es una pena que los organizadores de mítines no traspasen ese objetivo mediático y creen atmósferas que permitan vivir la ideas. Lamentablemente y aunque parezca paradójico, el público que asiste a un mitin no es el protagonista, es el decorado, la comparsa vocera, sí, suena duro, pero es así, es una pieza más de la representación del poder y su función es llenar el aforo, corear consignas, aplaudir y dar ese calor humano que sin su presencia sería imposible conseguir. Si uno de los objetivos de los mítines es motivar y comprometer a la ciudadanía, por qué se diseñan al margen del público ¿por qué no se les hace sentir que son importantes, que sin ellos el evento es un fracaso?
Por ello me gustaría poder convencer a los comunicadores políticos, a esos consultores tan rifados en campañas electorales, que al igual que en otros eventos, piensen en cómo mejorarían estos actos sin se diseñaran para vivir una experiencia, y una vez más, la evidencia está clara, se necesitan verdaderos profesionales de la comunicación en vivo, del diseño, organización y producción que sin lugar a dudas, harían de los mítines algo más que un acto de propaganda política.
Os propongo un sencillo ejercicio, mirar la imágenes de los mítines cierre de campaña de las elecciones andaluzas de distintas fuerzas políticas, mismas poses con actores protagonistas, mismos colores, o combinación color marca más verde, letras corpóreas que están de moda, mismo tipo de ‘banderismos’, mismos gestos de triunfo, misma estandarización
Y para que no quede sólo en una reflexión generalista, me gustaría apuntar varias cuestiones que en mi opinión deben revisarse en los mítines:
Los espacios deben renovarse, hay que pensar en que los estadios, palacios de congresos, grandes salas son espacios estandarizados, no permiten visualizar la diferencia entre un partido y otro. Es necesario crear analogías, buscar espacios alternativos que muestren la identidad de esa formación, que empaticen con los nuevos públicos, y los conviertan en protagonistas.
Recuperar la calle y sus espacios cotidianos, o los contenedores culturales, las plazas donde se siguen articulando la vida de muchos barrios, las naves que recuerdan las vanguardias culturales o las calles por donde transita el hombre urbano. Y además creo que hay que cambiar la composición estática del espacio de un mitin, cambiar el concepto de escenario, estrado, trasera, público decorativo, por espacio dónde todos los actores se encuentran a un mismo nivel y, queridos consultores políticos, no os preocupéis que como buenos organizadores de eventos, colocaremos muy bien a los medios de comunicación para que sigan haciendo su trabajo, pero es necesario recuperar el mundo de las emociones, expresiones, el protagonismo del público, del ciudadano que confía en que esa formación es la mejor opción para dirigir un país, recuperar la fuerza humana que hace posible la magia de la comunicación en vivo.
La música, lenguaje universal, debe recuperar su protagonismo, es un vehículo magnífico para crear clima político. La estandarización de la sintonía sin letra que se puso de moda hace unos años en los mítines, está agotado, es necesario volver a los relatos, a las letras que motivan, que son el alma visible de una parte de las ideas, y también del corazón del guerrero luchador que quiere que sus siglas protagonicen una constante revolución.
Lo mismo sucede con las escenografías de los escenarios, es que son todas iguales, la mayoría muestran un agotamiento del que me quedo perpleja, sólo cambian los colores y los eslogan, pero el estilo está marcado por esos consultores políticos, los que los partidos creen gurús y que muchas veces sólo son mercenarios de la comunicación, que recomiendan lo mismo sin darse cuenta que cada partido tiene ideas, principios, estilos y almas, porque si negamos esto, la democracia no tendría ningún sentido. Menos estilismo renovado y más sensaciones.
Nuevos gestos, más naturalidad en los políticos protagonistas, que a veces parece que ensayan juntos, visten de forma similar (os recomiendo esta entrada en el blog de imagen, moda y otros pecados) y copian hasta los abrazos.
En definitiva nuevos formatos que se adapten a los nuevos tiempos, con mayor presencia de las tecnologías móviles, que permitan que el público sea protagonista, formatos que inspiren y nos inspiren donde podamos ser activistas de nuestras ideas y podamos sentir que somos importantes. #AsíSí
Contemos buenos relatos, y creemos, y eso significa aceptar el desafío de que hay mejores formas de comunicar que las estandarizadas por estos consultores de la comunicación que diseñan y cortan un patrón y hacen distintos trajes. #AsíNo
En el III Congreso Universitario de Comunicación y Eventos también hablaremos de los actos políticos y sus nuevos desafios, No olvides la cita que reunirá el 7, 8 y 9 de mayo, en Madrid, a los profesionales del protocolo y la producción y organización de eventos. #AllíEstaremos
7 Comments on “Mítines políticos sin alma.”
Diana Rubio
Totalmente de acuerdo con el post, por el cual te felicito. Los partidos políticos y mas en campaña están muy encasillados en los llamados megaeventos, sin embargo, existe un poco mas de innovación en los de calle, de tu a tu.
Creo que las claves que aportas son indispensables para pensar en innovar en comunicación política.
simplemente cuidando esta herramienta de comunicación, dejándola en manos de verdaderos profesionales de la materia y realizando efectivos brainstormings, los resultados están a un abismo de lo que este gran y tradicional evento de campaña electoral nos ofrece actualmente.
un saludo!
gloriacampos
Pienso igual. Gracias por tu aportación Diana.
Un saludo
Asela
No haces más que señalar una realidad que se apuntaba desde las últimas campañas y ha estallado en esta. Lo triste es que la realidad se trastoca cuando de política se habla y ya sabes «que la realidad no estropee el argumento». Siguen con el «siempre se hace así» y olvidan que, por suerte, todo cambia, avanza, se modifica, en definitiva se vive, aunque eso «estropee el discurso»
gloriacampos
Totalmente de acuerdo. Gracias por comentar
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