¿Cuál es la formación que debe tener un organizador de eventos? ¿Qué debe estudiar? ¿Máster, Grado, Titulaciones Propias, Formación Profesional? ¿Deben existir estudios específicos? ¿Basta con tener conocimientos de marketing y de comunicación? ¿Para qué estudiar, si haciendo cualquier formación se pueden organizar eventos?¿Todo vale?
Mi opinión es que no, no vale todo, el mercado pide especialización sin renunciar a cierta transversalidad en los perfiles profesionales, pero si algo está muy claro es que hay que saber hacer las cosas bien, y para ello cuanto más se conozca el oficio al que uno va a dedicarse y más preparación se tenga, mejor. Así al menos piensan en la mayoría de los países europeos, porque no todo vale ni cualquiera con cualquier formación puede dedicarse al complejo mundo de la organización de eventos y las relaciones institucionales.
Por ello abogo por la especialización formativa, desde la Formación Profesional, a la universitaria, tanto en nivel de Grado y de Postgrado, porque es necesario que existan distintos perfiles formativos. Si además hablamos de una industria, la de eventos, que está en pleno desarrollo y buscando su sitio en el tejido productivo, con más razón, formación que permita diferenciarnos del consabido ‘yo se hacer de todo’, que de estilo, singularidad y profesionalidad al sector, y con ello un mayor reconocimiento social.
Vídeo realizado por alumn@s del Instituto Superior de Protocolo (isPE), centro que imparte estudios de organización de eventos, con motivo de las prácticas de colaboración educativa realizada en los Premios Goya 2014
Pero tampoco vale cualquier formación, las aulas deben ser auténticos talleres donde la práctica se desarrolle sobre una buena fundamentación, y las empresas del sector sea una parte activa en dicha enseñanza, bien como docentes o como receptores de estudiantes en prácticas de colaboración educativa. La industria debe moverse y revindicar la especialización de los profesionales que nos dedicamos al oficio de la organización de eventos y lo que ello conlleva y apostar por la calidad de los estudios en esta materia, en los tres niveles educativos que he indicado al principio de este blog. Abogo por ello y animo a las asociaciones y lobbies del sector o relacionados con el mismo a realizar propuestas y comenzar a tomarse en serio, muy en serio que la formación es parte consustancial a la supervivencia del sector.
¿Cuál es la formación que debe tener un organizador de eventos? ¿Qué debe estudiar? ¿Máster, Grado, Titulaciones Propias, Formación Profesional? ¿Deben existir estudios específicos? ¿Basta con tener conocimientos de marketing y de comunicación? ¿Para qué estudiar, si haciendo cualquier formación se pueden organizar eventos?¿Todo vale?
Mi opinión es que no, no vale todo, el mercado pide especialización sin renunciar a cierta transversalidad en los perfiles profesionales, pero si algo está muy claro es que hay que saber hacer las cosas bien, y para ello cuanto más se conozca el oficio al que uno va a dedicarse y más preparación se tenga, mejor. Así al menos piensan en la mayoría de los países europeos, porque no todo vale ni cualquiera con cualquier formación puede dedicarse al complejo mundo de la organización de eventos y las relaciones institucionales.
Por ello abogo por la especialización formativa, desde la Formación Profesional, a la universitaria, tanto en nivel de Grado y de Postgrado, porque es necesario que existan distintos perfiles formativos. Si además hablamos de una industria, la de eventos, que está en pleno desarrollo y buscando su sitio en el tejido productivo, con más razón, formación que permita diferenciarnos del consabido ‘yo se hacer de todo’, que de estilo, singularidad y profesionalidad al sector, y con ello un mayor reconocimiento social.
Vídeo realizado por alumn@s del Instituto Superior de Protocolo (isPE), centro que imparte estudios de organización de eventos, con motivo de las prácticas de colaboración educativa realizada en los Premios Goya 2014
Pero tampoco vale cualquier formación, las aulas deben ser auténticos talleres donde la práctica se desarrolle sobre una buena fundamentación, y las empresas del sector sea una parte activa en dicha enseñanza, bien como docentes o como receptores de estudiantes en prácticas de colaboración educativa. La industria debe moverse y revindicar la especialización de los profesionales que nos dedicamos al oficio de la organización de eventos y lo que ello conlleva y apostar por la calidad de los estudios en esta materia, en los tres niveles educativos que he indicado al principio de este blog. Abogo por ello y animo a las asociaciones y lobbies del sector o relacionados con el mismo a realizar propuestas y comenzar a tomarse en serio, muy en serio que la formación es parte consustancial a la supervivencia del sector.